Viendo llover en Macondo
"Me acordé de las noches de agosto, en cuyo silencio maravillado no se oye nada más que el ruido milenario que hace la Tierra girando en el eje oxidado y sin aceitar"
Llovió durante todo el lunes, como el domingo.
 

miércoles, febrero 22, 2006

Conversum


Básico, comenzas gateando. Tus necesidades espaciales se ven cubiertas por un tiempo. Despues tu mente -y sobre todo tu imaginación- te van cogiendo ventaja. Queres ir más léjos, el espacio se te creció. Te levantas y observas lo que te espera, no lo pensas. Simple, empezas a caminar.

Me gusta caminar. Lo he hecho en muchas partes, hacia muchos destinos y -bastantes veces- sin querer llegar necesariamente a alguno en particular. Ahora trato de recordar viejos episodios de épocas variadas: Casa-Colegio-Condominio-Barrio-Universidad-Varios, y es complicado encontrar algo sobresaliente, algo que me permita decir "Claro, esa era la época en que ..." pero los puntitos estos ---> (...) no se transforman en nada. Aunque, bueno, nada no es tan nada, hay algo que si tengo muy claro en mi muy defectuosa memoria y esa vaina tan clara son los tenis.

Los he tenido bien variaditos, en el colegio eran Reebok Classic (obviamente!), Air Max, Air Pegaso (Aguantosos) y creo que hasta tuve unos troop con colores llamativos". La universidad es un poco diferente, ahí ya entre a tener en cuenta ciertas caracteristicas en el calzado (uits!) más allá de su función básica. Me acuerdo de unos Adidas como grises que me ponía con todo y siempre pensé que estaba super bien combinado, lo cual no era tan cierto. De ahí pasé a unos Nike discretos (Cosa rara, lo se) que me duraron resto y aun, cuando viene a mi la nostalgia, les pego las suelas con super bonder y me los pongo.

Despues de mucho pasar por marcas, modelos, colores y cosas por el estilo me compre unos tenis en Bosi, lo cual no es como normal pero ¿qué podía hacer? me gustaron. Les di buen uso por más de un año. Pensé que nunca más podría comprar unos zapatos distintos a esos y en realidad fue duro. Voltié y jodí por unos tenis pero nada me satisfacía, hasta que...

La "Conversión"

...Fue rarisimo porque ni las largas horas invertidas viendo a Kevin Arnold caminar con ellos fueron suficientes para que por mi cabeza pasara la idea de tener unos converse, pero -ya ven- ellos fueron mis redentores. Los vi y me enamoré. Eran azulitos con blanco, lo que buscaba, eran discretos, lo que me encanta, eran lo que quería.

Tengo unos converse que son una maravilla. No son los clasicos que todos conocen genericamente, son de los Re-Issued, pero son los All*Star originals. Andrés, orgulloso dueño de unos converse rosados, fue al primero que le alardee de mi nueva adquisición, y se sintió orgulloso, algo más nos unía. Me he encontrado muchisimas veces caminando cabizbajo pero es sólo por la atracción enorme de mis converse hacia mi. Definitivamente son más que unos tenis, son como un talisman. Buena estrella para mis All*Star!

Que bueno caminar juntos vos y yo...

12 Comentarios:

  • Viejo Daniel

    Mi proceso con los tenis ha sido similar, aunque siempre me caractericé por estar a la moda en cuanto a calzado se refería. Eran dos las épocas en las que fijo compraba tenis -nunca zapatillas- y, esas eran en Febrero -por mi cumpleaños- y diciembre -por la fastidiosa navidad-, obligado a estrenar para recibir al "niño dios", cosa que ya no hago. Sin embargo lo que sí hacemos igualito es caminar por toda parte y a ningún lado, eso me recuerda tu escrito ¿A pie? ¡De una! , en donde hablas del goce de ser peatón y no andar en automóvil.

    Definitivamente el calzado a marcado muchas etapas de nuestras vidas y es justo con él hacerle este conversum, que a propósito de mis compras cumpleañeras, adquirí converse verdes, que ahora adoro.

    Buena estrella para vos

    PD:// Otra vez el primero en comentar... mejor trabajo, porque me van a echar... je je je

    Por Blogger Cristhian Carvajal, a las 9:58 a. m.  

  • Daniel parce!, mi hiciste extrañar mis Air Pegaso del colegio. Que buenos zapatos eran! Lastima que mi perro los confundió con ladrina de res y hueso.

    Por Anonymous Anónimo, a las 10:20 a. m.  

  • Yo, estaba anonadada de ver la profundidad de pensamiento de este grupo de jóvenes caleños. Hablaban del I+H, del PUSH, del delirio, de empleo, de ritos culturales, etc, etc, etc.

    Ahora estan dedicados a filosofar sobre los tenis viejos. Tal vez por eso se dice con frecuencia "te quiero como a mis zapatos viejos". Creo que los están utilizando, de alguna forma como una herramienta para mirar en retroceso.

    Aunque... luego de analizarlo de esta forma, creo que siguen siendo profundos.

    Los felicito, mil besos

    Por Anonymous Anónimo, a las 10:51 a. m.  

  • Me reí bastante con ese articulo y con el de Aparicio; me acorde de los legendarios Ligth_Gear y los Sperry Top Sider (estos últimos chiviados) con los que iba al colegio. Ya en mi edad adulta descubrí los zapatos cafes de pelusita; si de pronto se necesita de unos zapatos mas oscuros, se les echa agüita y ya. Son maravillosos y a mi me salen con todo.

    Por Anonymous Anónimo, a las 11:26 a. m.  

  • Que divertido encontrar no sólo texto sino fotos que ilustren lo que dicen... me encantan tus tenis... a mi también me gustan clásicos, aunque a veces me las doy de artista, prefiero el tipico azul, negro y camel que combina con todo... que pena por cristian que los suyos combinan con pocas cosas, al menos de mi ropero, o con los rosados de Andrés, que no son de colores clásicos....
    Lo importante no es si combinan o no, simplemente que se lleven bién, siempre como una *estrella*

    Buena estrella para todos!!!!

    Por Blogger Andrea Estrada Gutiérrez, a las 2:16 p. m.  

  • Yo también me acordé de "¿A pie? ¡de una!"... caminar siempre ha sido un placer y una ahora añorada terapia. ¡Qué rico sentir la brisa de las 5:00 p.m. en la novena!

    Los zapatos que más recuerdo son unos Reebok, los cuales juro que eran blancos cuando los compré aunque quienes me conocen de esa época atestiguen que eran más bien gris barroso. Pero más allá de la estética, para mí estaba la comodidad, por eso no me bajaba de ellos sino hasta que asumía la posición horizontal.

    Por Blogger Andrés Meza Escallón, a las 5:22 p. m.  

  • Yo vivía muy cerca de la universidad y por eso se puede decir que literalmente "caminé" por mi cartón. El primer dia de clases me compré unos "tumbamuros" horribles con una suela enorme que me aguantó los 5 años de carrera y más...
    Tengo que reconocer que los zapatos eran feos y que me hacían ver el pié gigante y algo deforme...pero joder, como amaba yo mis zapatos amorfos y sin marca!
    Mis papás, que los odiaron siempre, los botaron tan pronto me fui de casa. Y ahora que en Europa manejo una tienda de zapatos y camino por todo y para todo, los extraño y estoy segura que ellos quisieran estar aquí conmigo.

    Este es un homenaje a mis zapatos más queridos: Donde quiera que estén tumbamuros, no los cambio x ningún cuero italiano!

    Por Anonymous Anónimo, a las 7:33 p. m.  

  • pues yo de tennis no es que sepa mucho, lo único que sé es que tuve unos aeroflex (eso sirve?), despues unos nike con cámaras pero internas y posteriormente mis skechers adoradas(no se si se escribe así ) , ah , y tengo unos puma grises que nole quedaron buenos a mihermano y se los vendió a mi mamá y mi mamá me los dió. Yo no cambio mis abuelitas blancas, las de reindeer, si, las que salen en la película "mi abuelo , mi papá y yo" cuando Miguel Varoni viste a su hija para tocar ese instrumento gigante delante de toda la sociedad, le puso mis zapaticos blancos.

    Por Anonymous Anónimo, a las 11:25 p. m.  

  • ahy, se me olvidó una cosa: dani, buen artículo, y me gustan tus tennis,ylos de cris también.

    Por Anonymous Anónimo, a las 11:27 p. m.  

  • He tenido converse azules, rosados, amarillos, y ahora estoy a la espera de unos discretos negros.

    Fueron tantos pasos: alegres, tristes, chuecos, mojados, saltaditos, nostálgicos, tropezados, firmes, tímidos, rumberos y hasta pesados… Todos parte de una época de grandes descubrimientos, de “rebeldía” contra el mundo y contra mi familia (que además odiaban mis adorados tenis), y de una inquietud más bien quieta. Sin embargo, crecieron y se desgastaron conmigo, cada par me acompaño en su ciclo, en mis ciclos. Significan crecimiento, significan madurez.

    Grandes recuerdos, grandes historias, grandes compañías, grandes compañeros. GRANDES CONVERSE!!

    Gracias por recordármelos.

    Por Anonymous Anónimo, a las 12:26 p. m.  

  • Tenis y caminos... Largos andares... Crecer con ellos, que sean parte de uno, los mejores amigos y testigos de los buenos y malos pasos dados.

    Me encantó tu artículo.
    Saludos

    Por Blogger Liliana Sáez, a las 10:04 a. m.  

  • En el pueblo donde crecí y en algunos barrios de Cali (donde los colonos de dicho pueblo abundan) tu eres tus tenis y son tu único sentido de estátus, pero yo siempre estaba ido de dicha idea (como para variar)y no podía entender como los tenis se convertian en el punto de referencia, más que lo que llevaras puesto o q tu propio rostro...era más sencillo acordarse de los tennis.

    Por Anonymous Anónimo, a las 6:30 p. m.  

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